¡Feliz domingo!
Hoy vamos a hablar de la autonomía.
Según la RAE:
Autonomía: Condición de quien, para ciertas cosas, no depende de nadie
¿Qué entiendo yo por dar autonomía a un niño o a una niña? Brindar la oportunidad de conocer el entorno sin restricciones, simplemente con unos límites básicos para mantener su seguridad.
¿Qué beneficios tiene dar autonomía a nuestro hijo o hija?
- Mejora su autoestima. Son capaces de observar que pueden solucionar situaciones sin ayuda. Ejemplo: ponerse los zapatos solos.
- Aumenta su seguridad. Son capaces de encontrar el equilibrio sin necesidad de que les den la mano al caminar.
- Aumenta su motivo de logro. Entendemos el motivo de logro como el deseo o necesidad de realizar las cosas del mejor modo posible, no para conseguir la aprobación o recompensa de agentes externos, sino para obtener nuestra propia satisfacción (McClelland, 1985).
Un niño sin autonomía, es dependiente 100% de su familia. Probablemente no sepa dónde están guardados los zapatos, la toalla de la ducha o dónde se deja el plato al terminar de comer. A través de ir dando poco a poco herramientas, situaciones «libres» donde nuestro peque puede descubrir el entorno, ver lo que le gusta y lo que no, caerse y levantarse,…
Para educar con respeto y dar autonomía, es esencial marcar unos límites y normas claras. Si no queremos que se suba en el sofá porque es nuevo, blanco o simplemente no nos gusta, tenemos que ser conscientes de que vamos a tener que explicárselo muchas veces. Os propongo algunas frases por si os sirven de ayuda:
- «Puedes disfrutar de este maravilloso espacio, el único sitio al que no podemos subir es el sofá (sus ojos solo miran al sofá fijamente). Entiendo que te apetezca, pero mamá y yo lo hemos comprado con mucho esfuerzo y queremos cuidarlo entre todos».
- Se intenta subir al sofá, nos ponemos a su altura y le podemos decir: «Entiendo que te quieras subir, pero no puedo permitírtelo, ¿te acuerdas de que lo hablamos?. Si no te acuerdas, puedo volvértelo a contar»-
- Llora porque no le permitimos subir al sofá, nos ponemos a su altura y podemos decirle: «Entiendo que es lo que te apetece, pero es una decisión que tomamos y ya te hemos contado. Me voy a quedar aquí sentado a tu lado, si necesitas un abrazo o quieres jugar a otras cosa podemos hacerlo»
Es muy importante el acompañamiento. Dar autonomía no significa dejarles solos, quiero decir dejarles experimentar, que escoja, que decidan, que prueben, que se confundan y nosotros ser «meros espectadores» y estar ahí cuando realmente lo necesiten. También es necesario evitar comentarios del tipo: «Así no se hace», «Lo estás haciendo mal», no son necesarios, en serio.
Para mí es un tema bastante importante y con el que me podría pasar horas y horas hablando de él. Es esencial que un peque tenga la posibilidad de aprender a usar un cuchillo si él quiere, ¿por qué no? ¿Por si se corta? Si le enseñamos poco a poco y nos adaptamos a sus necesidades no tiene porqué ocurrir nada malo. Lo mismo si quiere hacer la cama, ir a hacer la compra, o poner la lavadora, vamos a permitirles que experimenten, integrarlos en las tareas del día a día, que sean ellos conscientes de que si la ropa se mancha hay que lavarla, tenderla y plancharla.
Esta es mi visión de la infancia, la de unos niños y niñas libres para experimentar, con límites y familias como guías, pero que sean ellos los que descubran el mundo.
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